jueves, mayo 30

Tizonazo

Que se incendie. Que crepite y crezca. Te devore. Pierdas tu propia percepción.
Que te arrepientas, que plañas, que sufras que cambies. Que entiendas.
Si, te deseo el entendimiento el saber y la verdad porque la ignorancia es cómoda y tu vida, vacua y necia.
Si te quemas en mi odio, mañana tus mediocres cenizas regresarán a mi humor.
No te deseo la muerte, te deseo la transformación horrorosa de vivir sin estar viviendo. Y en tu conciencia, que miles de monstruos cotidianos te desborden con culpas, críticas y paseos interminables por la miseria humana.
Que no puedas hacer nada al respecto. Y que desees seguir existiendo.
Que aún desees al niño del prójimo, y no puedas concebir un hijo, ni darle amor a algo nuevo. Que te encuentre dándote la espalda y odiándote por ello. Que no ceses de oír los lamentos más cercanos, y aunque trates de olvidar, en caso de emborracharte el alcohol no alivie tu pena.
Y al final, cuando te halles en lo más profundo del pozo y en lo más alto de la pira, aprendas a ser feliz.