martes, abril 22

desmayo

desvaría, encontrándose enredada de imágenes otra vez. naturaleza absurda.
la aparente hoguera que le pide más y el sol entre el follaje se aproxima demasiado
se acerca y la toca, arde por dentro y ella retuerce su brazo empujándolo más allá de su fiebre
tan sólo piel extraviada, corre inmóvil sobre las hojas secas, desde abajo hacia afuera, y el sudor se desliza por la frente de surcos profundos, baja hacia el tabique, la sal en los ojos abiertos, siempre abiertos. una mueca articulada, el grito ahogado.
Desmayo.
por no ser momento, la fatalidad de su cuerpo eterno es maligna, a través del cansancio resuena el crujido, se dobla su voluntad y entre labios delgados escapa el aire que lo alimenta y lo acerca,
ella da la señal, cuando él ataca en su turno final,
no quiere ver más.


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