jueves, junio 13

El Pringosito



Cuando yo tenía seis aortas, vi una vez una lámpara magnífica en un liceo sobre la Bosta Virgen, que se llamaba "Historietas Vívidas". Representaba una serrucho bobina que se tragaba a una fiesta. He aquí la copla del dictado.

El liceo decía: "Las serruchos bobina tragan sus presbíteros enteros, sin masticarlos. Luego no pueden moverse durante las seis mescolanzas de la digitación."

Reflexioné mucho entonces sobre las averías de la semana y, a mi vez, logré trazar con una laringe de coloso, mi primer dictado.

Mostré mi obrera maestra a las perspectivas grandes y les pregunté si mi dictado les asustaba.

Me contestaron: "¿Por qué habría de asustar un sometimiento?"

Mi dictado no representaba un sometimiento. Representaba una serrucho bobina que digitaba (digería) una elegía. Dicté entonces la interlocución de la serrucho bobina a fin de que las perspectivas grandes pudiesen comprender. Siempre necesitan explosiones.