sábado, junio 14

oda al silencio

amo al silencio. no cualquier silencio.
el que magnifica los sonidos y ruidos mas bellos
el que me deja atónita y tonta cuando no lo espero
amo al silencio, lo espero y con él vivo y muero

carta a mi padre y se van todos a la mierda

Hola Pa. Estuve dándole vueltas a esto que es lo que hay entre vos y yo. Por definición es una relación de padre e hija. En el verano me dijiste que si tengo preguntas, que las haga. Te escribo con un gran signo de interrogación en toda la hoja, no para que contestes, simplemente para dejarlo afuera, en alguna parte.
 Hay muchas cosas que no entiendo, y es normal, tengo 16 años. Pero hoy no entiendo que cosas pasan, transitan en ese espacio que hay entre vos y yo. Me falta confianza para mirarte, desconozco un montón de aspectos tuyos y muchas veces siento un cierto desconsuelo porque lo que anda dentro de tu mente puede ser algo inaccesible y remoto para mí. Hace 16 años, vivimos bajo el mismo techo, y por momentos tu presencia me genera confusión, rechazo, falta de naturalidad... tu silencio, tu lenguaje físico, termino ignorándolos porque hay algo que me dice que es en vano preguntar, que no voy a conseguir nada hablando, que a veces siento que no me querés escuchar. Cómo no cuestionarme tantas pequeñas cosas que suceden todos los días, cómo dejarlas pasar...
 ¿Qué pensás, cómo te sentís como padre? ¿Cuándo quisiste serlo? ¿Quisiste tener hijos antes de conocer a mamá? ¿Qué expectativas (si hubo) tuviste conmigo? ¿Decidiste, planificaste, una educación para mí?
¿Cuál es el hijo que mora en vos? ¿Qué cosas nunca le dijiste a tu papá, a la abuela y que hubieras querido decir?
¿Qué significa vivir? ¿Qué es tu vida, que hay en tu camino? ¿Hay algo que te apasione, aunque sea odio? ¿Cuántas veces amaste (personas, ideales, etc.)? ¿Existe tu amor? ¿Cuánta angustia, bronca o tristeza se esconde en tu cuerpo, al que nunca vi llorar? ¿Cómo es que tu voz nunca se quebró? ¿Qué clase de mecanismos intrínsecos puede haber que yo nunca tengo certeza de tus sentimientos, y ando adivinando? ¿Cómo hago para ver todo eso que sos?
Tengo 16 años. No tengo una autodefinición de mí misma. Estoy buscando ese nosequé que es la vida misma, como cualquier joven. Creo que vos dejaste de buscar, espero que me equivoque. Lo único que tengo desde la orilla del continente es esa curiosa isla que es erosionada por el viento y las mareas; quisiera ser pájaro, sol o luna para verla completa y llegar hasta ella. De todas formas, no siempre es así: hay días, semanas, meses que parecen distintos, y el mar se calma y puedo nadar hasta la isla, recorrer las playas, ver el cielo y disfrutar de estar por allí, apreciándola... todo eso me confunde. Qué se le va a hacer.
Sé que somos mortales, algún día no vas a estar o yo no voy a estar y si no te exprimo antes de que eso suceda, las lágrimas me inundarán. Acordándome como un día me regalaste unas fotos tuyas y lo sentí un gesto invaluable, te regalo mis escasas palabras, dirigidas a mi progenitor, dador de vida, al hombre que plantó la semillita que ahora soy yo. ¡Feliz día, te quiero mucho!

martes, junio 10

ojalá lo hubiese escrito yo

Romántica versión del universo será tener tu orgasmo sobre mí, ayer choqué con tu bendita trampa lágrima y luz, me queda algo de ti. Complétame el alma con un bosque y librame, la celda morirá. Atardecer en el clímax de esta noche, abrázame, descubrirás qué lejos estás.

Da Cosmos - Dante Spinetta y Emanuel Horvilleur

lunes, junio 9

Escorpión

encontré un escorpión
en una sandalia rota
me miro fijamente
me dijo palabrotas
después comprendí
eran verdades ancestrales
pura cosa loca
él picó mi pie
y se me hinchó la cabeza
tratando de salvarme
la sandalia revoleé
cuando me estaba yendo
me iba para el cielo
y volando entre nubes
empecé a mirar
ví un pie humano
lo quise picar
era mi instinto sabio
no me puede frenar
un poco mas tarde
la luz me daba vueltas
y veía como hinchados
nadamos en la tierra
corrimos en el río
juntamos las cabezas
unimos nuestras mentes
con toda la selva
todos los animales
todos los cielos
somos el escorpión madre




sábado, junio 7

NO y no

todo y nada
se da vuelta
mira un abismo de cabeza
no entiende
nunca lo hará
comprender es para mortales
la ignorancia infinita
me hace universal

sola descendiendo en toboganes
quiero tirarme a los pies
de la puerta que se abre para ir a jugar
el frío me redime
y el calor me invade
desde mis entrañas
desde mi pecho
desde mi cabeza a mi sexo o al revés

todo y nada
mezclada me hace ser
qué me define
qué decisión tomaré
dejame no pensar
dejame cantar
dejame amar
dejame vivir
dejame enloquecer
dejame desear
dejame

martes, junio 3

astros

leer y escribir
escribir y leer
me río te ríes nos reímos
te juego me juegas nos cansamos
tirados aprendemos observando
cosas
                                               bellas                                                               
                                                  interesantes
tontas
no puede terminarse tan rápido
tan pronto
leo y escribo y no termino más
lees y escribes y el camino se expande sin horizonte
lunas de sal
soles de sol
que giran
 y giro y tu giras y giramos
y rodando nos vamos amando
queriendo en el ruido 
que se siente como un mundo circular

"La hora de la estrella"


Funcionaba en el tiempo la máquina inmensa. Daba la hora de la estrella y todos se ponían a olvidar. Así, se desenchufaban la mente y el cosmos bailaba, danzaba y giraba; estaban juntos y solos, ¡Se volvían libres!


Fluctuando en cualquier color vivo, respirando la vastedad del péndulo en la máquina aterradora y cautivante, que atravesaba la opacidad.


Como el éxtasis inesperado para el tamaño de sus cuerpos, y los pétalos sueltos desesperados e intocables rebotando en los cráneos vacíos y las pieles lamiéndose para no perder nada de sí.


Una nueva facilidad, íntima exclamación de estar encantado, luego tentativas de reproducir la explosión en cada acto de amor carnal, y transfigurados, desechos los cuerpos acezan con tristeza a lo invaluable.


Sobre el encuentro de las nadas con el todo, probablemente ninguna cosa fue dada, era la hora de la estrella, una esmeralda abierta en su estuche cerrado ¿y entonces?